Los nuevos medios de información frente a los antiguos
Los nuevos medios no siguen la misma ética que los medios tradicionales
Joe Kraus de JotSpot.com junto a una foto del sitio web de su compañía. JotSpot inventó un software de colaboración conocido como wiki.
Este artículo pertenece al periódico electrónico “Las nuevas tecnologías mediáticas y el cambio político y social". Para consultar los demás artículos haga clic a la derecha.
Por David Vaina
Las nuevas tecnologías conducen a nuevos medios y estilos de comunicación. A medida que los nuevos medios se van propagando, se intensifica el debate sobre si quienes los integran respetan las normas profesionales tradicionales que distinguen el periodismo de los periodicuchos dedicados al chismorreo.
David Vaina es investigador asociado del Proyecto para la excelencia en el periodismo (PEJ), organización sin fines de lucro con sede en Washington D.C., dedicada a evaluar y estudiar los medios de información. PEJ es, según su propia definición, no partidista, no ideológica y no política. La organización está afiliada al Pew Research Center.
En la década de los setenta, preguntaron a Zhou Enlai, primer ministro de China, qué era para él lo más significativo de la Revolución Francesa de 1789. Dicen que después de un minuto de silencio respondió: "Es demasiado pronto para saberlo". Lo mismo se puede decir al evaluar las repercusiones de lo que se ha dado en llamar la revolución ciudadana de los medios de información en el discurso político de Estados Unidos.
Existen justificados temores de posibles ramificaciones negativas en la transición de una era de periodismo tradicional, de coto cerrado, a otra caracterizada, al menos en parte, por una blogósfera descentralizada, donde los ciudadanos ahora se dirigen a no profesionales en busca de información sobre la Casa Blanca, el Congreso, la guerra en Iraq y otras cuestiones de política exterior.
Los defensores de esta nueva forma de periodismo afirman, en cambio, que las fuentes de noticias ajenas al mundo de los medios dominantes, lejos de degradar el discurso público, con el tiempo acabarán por enriquecerlo.
Puede que ambas partes tengan razón hasta cierto punto. Medir ese equilibrio puede que tarde decenios, no años, y su efecto en la democracia de Estados Unidos sólo se conocerá cuando la metamorfosis se haya consumado.
El recién llegado
Gran parte de la inquietud provocada por el auge del periodismo ciudadano (es decir, los blogs, wikis, YouTube) tiene que ver con la idea de que la información es menos fidedigna, porque puede no haber sido verificada de la misma forma que lo ha sido tradicionalmente por redactores jefes y directores de periódicos y cadenas de televisión. Consideremos el escándalo que acució al candidato presidencial demócrata de 2004, John Kerry, por su supuesta relación con una joven pasante.
Matt Drudge, a quien la revista New York calificó a principios de este año como "el periodista más influyente de Estados Unidos", informó que el senador John Kerry, durante las primarias presidenciales de 2004, podría haber mantenido una relación con una mujer mucho más joven (no identificada por Drudge) y que esta relación amenazaba con truncar sus esperanzas de derrotar a George Bush más tarde en el otoño.
No existe prueba alguna de que Drudge hubiera entrevistado a la joven o a cualquier otra persona del entorno de Kerry para confirmar la alegación antes de publicar su reportaje en el Drudge Report, web de noticias que ocupa el sexto lugar entre las más populares de Estados Unidos, la semana que terminó el 22 de septiembre de 2004, según datos de Hitwise.
Tanto Kerry como la joven negaron la existencia de dicha relación que, finalmente, no pudo confirmarse con ninguna prueba. Las organizaciones de prensa convencionales en su mayor parte renunciaron a publicar la noticia, por considerar las pruebas "excesivamente tenues".
El humorista gráfico Matt Wuerker trabaja en un dibujo para el Político, publicación que aparece en versiones impresa y electrónica.
Kerry, por supuesto, fue nombrado candidato por su partido, pero ¿contribuyó esta historia al escepticismo con que los estadounidenses ven a sus funcionarios electos? Como David Frum, ex redactor de los discursos de Bush que publicó un blog sobre el asunto de John Kerry en el sitio web de la revista National Review, dijo en la revista New York, la publicación en Internet puede convertir un mito en realidad en un tiempo increíblemente corto: "Yo leí [la supuesta historia] en el periódico, la oí, le dediqué algún chismorreo, pero no hice nada parecido al periodismo. Hice unas bromas al respecto en Internet, del mismo modo que lo haría en la mesa durante la cena. Después me di cuenta de que Internet es como el periódico, no la cena".
Si bien a los tradicionalistas les preocupa el periodismo sin verificación, los entusiastas de los nuevos medios de información puede que consideren su arte como algo totalmente distinto de lo que se hace en el New York Times o el Wall Street Journal, dos bastiones del periodismo convencional de Estados Unidos. Según estudios realizados por el Pew Internet & American Life Project, sólo una tercera parte (34 por ciento) de los blogueros considera el blogging una forma de periodismo; cerca de dos terceras partes (65 por ciento) no lo consideran como tal. Sólo 56 por ciento afirmaron que dedican tiempo extra tratando de verificar datos que presentan en sus blogs "algunas veces" o "con frecuencia".
También se critica a los nuevos medios de información la práctica del blogging anónimo. El mismo estudio de Pew reveló que 55 por ciento de los blogueros usan un seudónimo en sus reportajes. Se teme que exista una mayor probabilidad de que los blogueros publiquen un rumor falso porque es más difícil rastrear su origen cuando no se puede identificar al autor del blog en el que aparece.
Además, también preocupa el hecho de que esta aparente falta de responsabilidad pueda inducir a los blogueros, no sólo a ofrecer información falsa, sino también a contribuir a un tono juvenil y ofensivo en los tableros de mensajes electrónicos. De ser así, ¿podrán sólo los más acérrimos entusiastas de la política tolerar este ambiente, del que se alejarán aun más los electores?
¿Qué importancia tienen los blogs?
El tema de si los periodistas ciudadanos han perjudicado seriamente la política estadounidense en los últimos años ha sido objeto de intenso debate en círculos periodísticos y políticos. Pero los datos derivados de las encuestas y la economía sugieren que el alcance de los medios ciudadanos de información puede que no sea tan amplio como algunos creen.
Consideremos en primer lugar la publicidad electrónica. Durante la campaña electoral de 2006, se gastaron aproximadamente 40 millones de dólares en anuncios en la web, frente a 29 millones en las de 2004, lo que supone un aumento del 38 por ciento. Es una cantidad considerable, pero no es más que uno por ciento del total invertido en anuncios políticos en todos los medios de información en 2006; y los blogs constituyen sólo una parte de ese uno por ciento.
En segundo lugar, si bien el porcentaje de quienes citan a la Internet como su principal fuente de noticias ha aumentado al 26 por ciento, una gran mayoría del público estadounidense todavía recibe las noticias a través de la televisión. Según una encuesta realizada en julio de 2007 por Pew Research Center for the People & the Press, dos terceras partes de los estadounidenses afirman que prefieren la televisión. Los blogs y otras formas de medios ciudadanos de información no son más que un componente de las noticias electrónicas, y los sitios de este tipo de noticias que atraen más público son los que pertenecen y son regentados por las empresas de información más ricas, como CNN.com de Time Warner, Yahoo News, AOL News, y USAToday.com de Gannett. El tipo de reportaje presentado en estos sitios es eminentemente tradicional, lo que indica que la mayoría de los estadounidenses, cuando recurren a los medios electrónicos, siguen obteniendo noticias que respetan los principios tradicionales de ecuanimidad y precisión.
No obstante, otros indicios sugieren que los estadounidenses siguen indecisos a la hora de abandonar el tipo de periodismo practicado por los viejos medios de información, aun cuando estén abandonando en masa medios antiguos, como los periódicos. Una encuesta distinta de la realizada por el Pew Research Center for the People & the Press reveló que 68 por ciento prefiere recibir las noticias no teñidas por un punto de vista determinado, mientras que sólo 23 por ciento desea noticias que confirmen su punto de vista.
La tendencia al periodismo de opinión no está limitada al transmitido en línea. En la televisión por cable, algunos de los programas más populares son los de personalidades como Bill O'Reilley y Keith Olbermann, que ofrecen soluciones de un intenso matiz político a los problemas del país. En octubre de 2007, Marvin Kitman, en un artículo publicado en Nation, revista liberal señera de los Estados Unidos, declaraba el "estilo objetivo que presenta los hechos tal como son, usado en los programas vespertinos de noticias de todas las cadenas, es tan anticuado, tan pasado", e instaba a las cadenas a contratar su propia versión del Olbermann de tendencia izquierdista. Este cambio supondría un abandono radical del compromiso histórico de la cadena de televisión a la neutralidad, según lo expresó en una ocasión el desaparecido Richard Salant, presidente de CBS News en los años sesenta y setenta: "Nuestros reporteros no presentan noticias desde su punto de vista. No las presentan desde el punto de vista de nadie."
La cantidad de recursos invertidos en la obtención de noticias es otra cuestión que influye en el nuevo ambiente del periodismo en Estados Unidos. A causa de los considerables recortes que están experimentando los periódicos, ahora hay bastante menos periodistas para informar sobre distintos acontecimientos que hace 10 años. Datos procedentes de la American Society of Newspaper Editors (Sociedad estadounidense de directores de periódicos) indican una reducción de aproximadamente 3.000 puestos del personal de plantilla a jornada completa de los periódicos, de la cifra máxima de 56.400 en el año 2000. A muchos, esta reducción les ha hecho temer que el papel de la prensa como vigilante del gobierno y de los grandes negocios pudiera estar debilitándose rápidamente.
Parece que al menos algunos blogueros comprenden este aparente vacío y unos pocos entre ellos pudieran estar tratando de llenarlo. Como ha señalado recientemente David Glenn en la revista Columbia Journalism Review, el tipo de reportaje original presentado por el bloguero Joshua Micah Marshall y su equipo ha sacado a la luz importantes escándalos políticos, como el despido de fiscales federales por la Casa Blanca y un oscuro negocio de tierras en el que está implicado la senadora de Alaska Lisa Murkowski. Otros blogueros, como los del Huffington Post [www.huffingtonpost.com] y Pajamas Media [www.pajamasmedia.com], también están haciendo su propio tipo de reportaje original, lo que indica que puede haber más convergencia que divergencia entre los medios antiguos y los nuevos.
Conclusión
El debate en torno al efecto del periodismo ciudadano en la democracia puede haberse quedado estancado en un "Qué pasaría si…", por ahora. La idea de que los blogs están perjudicando nuestra infraestructura cívica es, en general, anecdótica y teórica.
Pero el mundo de la información está cambiando indudablemente. El poder está pasando de las personas que producen las noticias —bien sean periodistas o blogueros— a las que las consumen. Los ciudadanos tienen muchas más opciones, y están fragmentados en el espectro de esas opciones. El efecto neto no es realmente la aparición de un discurso civil mejor o peor, sino distinto. La tendencia que parece perfilarse con más claridad, de momento, es que a medida que el público se fragmente, las fuentes de noticias se orientarán más en torno a temas y puntos de vista concretos. La cuestión ahora es cómo volvernos a reunir en una ágora central pública.
Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente el punto de vista ni la política del gobierno de Estados Unidos.
sábado, 18 de julio de 2009
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